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19 de noviembre de 2020
¿Ha pedido productos de electrónica por Internet estos últimos años? Si es así, no ha sido el único.
Los consumidores cada vez compran más por Internet, una tendencia que se ha visto acelerada con la COVID-19 y que no muestra indicios de que vaya a parar. Muchos estudios sobre estos nuevos comportamientos de compra revelan que es probable que prevalezcan tras la pandemia. Según un estudio reciente de eMarketer, salvo las ventas de comida, bebida, combustibles y automóviles, que siguen realizándose principalmente en establecimientos físicos, se prevé que la cuota de mercado del comercio electrónico como porcentaje del total de operaciones aumente 6,8 puntos porcentuales y alcance el 29,4 % en 2020. Los productos de electrónica han sido uno de los últimos bastiones de las compras en tiendas físicas, con una ligera mayoría de los consumidores que aún prefiere elegir sus dispositivos tecnológicos en persona, pero este escenario está empezando a cambiar ligeramente en favor del comercio electrónico. El mismo estudio de eMarketer muestra que los ordenadores y los aparatos electrónicos de consumo son la categoría que más vende en el comercio electrónico, con 156 500 millones de USD (22 % del mercado de comercio electrónico).
Es decir, este año se “dejarán caer” frente a las puertas de los consumidores un número considerablemente mayor de televisores, drones, videoconsolas, auriculares, portátiles, altavoces Bluetooth e incluso electrónica que no es de consumo, como servidores y componentes.
Ha leído bien, hemos usado el término “dejar caer”. El daño durante el transporte es la principal causa de las devoluciones (20 %), y el coste de volver a enviar, sustituir y desechar los residuos electrónicos puede aumentar sustancialmente los gastos y la huella de carbono.
Fabricantes, grandes distribuidores y transportistas tienen que adaptar sus prácticas para enviar sus productos electrónicos de manera más inteligente, más rápida y más segura. Una pista: la respuesta no está en añadir más cartón ni polestireno (EPS). Encajar bien e inmovilizar los productos de electrónica para meterlos dentro de los materiales de embalaje tradicionales no es suficiente para que puedan soportar la dureza del viaje por tierra, mar o aire, pero hay una solución aún mejor.
¿Una alternativa? Suspender el producto electrónico entre láminas de film de plástico de alta resistencia para protegerlo de los movimientos o baches. Los fabricantes también deberían plantearse crear amortiguaciones hechas a medida para las esquinas con espuma de alto rendimiento, que ofrecen una protección óptima en los puntos de mayor riesgo de impacto. También pueden crear bolsas bajo demanda con las que envolver productos pequeños de electrónica en una amortiguación de protección hecha a medida. Todas estas son soluciones de vanguardia para reducir los daños en el comercio electrónico moderno, incluso en el mundo B2B.
Pero, obviamente, no confiaríamos nuestro televisor nuevo a un embalaje que antes no ha superado pruebas estrictas. Por eso, sometemos nuestros diseños de envases al mismo rigor de pruebas reales y simuladas que los productos de la industrias automovilística y aeronáutica. Podemos realizar virtualmente pruebas de accidentes con pantallas planas o componentes electrónicos para desarrollar el mejor embalaje para protegerlos.
Sabemos que una pantalla rota o un dron dañado arruinan todo el entusiasmo de recibir en casa un nuevo dispositivo o artículo electrónico.